El autor

José Sanchis Sinisterra, dramaturgo y director de escena español contemporáneo, nacido en Valencia en 1940. En 2004 ganó el Premio Nacional de Literatura Dramática.
Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Valencia, creó el Aula y el Seminario de Teatro de dicha universidad y fue el fundador del grupo "Teatro Fronterizo" en 1977, en Barcelona, para el que ha realizado la dramaturgia y la dirección de numerosos montajes. Su labor como investigador en torno a la narratividad y su relación con la dramaturgia le ha llevado a escribir textos desde una perspectiva poco convencional. Sin dejarse seducir por el éxito fácil, ha sido fiel a los planteamientos del "Manifiesto del Teatro Fronterizo": explorar el margen, el territorio poco frecuentado de la dramaturgia, los espacios fronterizos y de riesgo, el teatro dentro del teatro, es decir, el teatro como metáfora del mundo, y el metateatro, el teatro que habla del teatro.

Sus obras reflexionan sobre problemas humanos y estéticos, como la vitalidad de lo épico y narrativo frente a la inercia de lo dramático, el humor como puente hacia la trascendencia, lo histórico real y lo mágico, el mito y la banalidad. Reconoce influencias del teatro de Brecht, de Beckett y de autores latinoamericanos. Ha trabajado en España y en Latinoamérica, particularmente en Colombia, ha dirigido teatro en los dos continentes y ha enseñado dramaturgia en varios países. Su labor como director y dramaturgo del Teatro Fronterizo se encuadra dentro del movimiento de teatro independiente (Véase España: Teatro). Fue de enorme importancia, por la variedad de los planteamientos renovadores de sus montajes. Entre ellos están La leyenda de Gilgamesh (1977), La noche de Molly Bloom (1980), sobre un capítulo del Ulises, de James Joyce, interpretado por su compañera entonces, la actriz Magüi Mira; El gran teatro natural de Oklahoma (1982); Carta de la Maga a bebé Rocamadour, sobre Rayuela, de Julio Cortázar; Historias de tiempos revueltos; Informe sobre ciegos, sobre la novela Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sábato, interpretada por Manuel Carlos Lillo; Moby Dick, sobre la novela de Melville, para el G.A.T., de Hospitalet. Además montó obras de Cervantes, Lope de Rueda, Molière, Racine, Shakespeare, Pirandello, Chéjov, Strindberg, Brecht, Brossa y Beckett, así como otras dramaturgias propias sobre narraciones de Collazos y Beckett.

Sanchís es autor también de las obras Tú, no importa quién (1962), Midas (1963), Demasiado frío (1965), Prometeo no (1970), Algo así como Hamlet (1970), Testigo de poco (1973), Tendenciosa manipulación de "La Celestina" de Fernando de Rojas (1974), La Edad Media va a empezar (1976), Terror y miseria en el primer franquismo (1979), Ñaque o De piojos y actores (su primer gran éxito, 1980, interpretado por el Teatro Fronterizo, con los actores Manel Dueso y Luis Miguel Climent, dos de sus más constantes colaboradores), Bajo el signo de Cáncer (1983), las adaptaciones de La vida es sueño y de Los cabellos de Absalón (Ay, Absalón), de Calderón, para José Luis Gómez en su etapa de director del Teatro Español de Madrid (1983), Conquistador o El retablo de El dorado (1984), Crímenes y locuras del traidor Lope de Aguirre (1986), ¡Ay, Carmela! (Elegía de una guerra civil) (su pieza más famosa, escenificada por José Luis Gómez y Verónica Forqué en 1987 con gran éxito de público, y llevada al cine por Carlos Saura), Pervertimento y otras piezas para nada (1988), Los figurantes (1989), Perdida en los Apalaches (1990), Naufragios de Alvar Núñez (1991), Valeria y los pájaros (1992), El cerco de Leningrado (1994) y Marsal Marsal (1995). En El cerco de Leningrado, dirigida por Omar Grasso para Nuria Espert y María Jesús Valdés, Sanchís utiliza el recurso del teatro en el teatro, con dos mujeres que deambulan por el ficticio Teatro del Fantasma en busca del texto que da título a la obra, para hablar de la utopía revolucionaria y de la lealtad a ideales caídos en desgracia tras el desmantelamiento del telón de acero. En 1994 publicó Mísero Próspero y otras breverías.
El teatro de Sanchis Sinisterra, cuya labor autoral es paralela a su trabajo como dramaturgista, se caracteriza por su alto nivel literario y su gran dominio de los recursos escénicos y de la arquitectura teatral. Utiliza frecuentemente la fórmula del teatro en el teatro y distintos modos de distanciamiento, acudiendo al humor y a la emotividad del espectador, al que trata como a un cómplice en el juego dramático. Da mucha importancia a la investigación formal y conceptual, de modo que ésta vertebra tanto el proceso de escritura dramatúrgica como el de la puesta en escena. Es esencial en la actividad de Sanchis Sinisterra su permanente búsqueda de un teatro crítico y alejado de los cauces convencionales.

En los años sesenta fue uno de los miembros de la Asociación Independiente de Teatros Experimentales, en los que "se trataba de establecer una estructura teatral coherente y duradera, ajena al mecanicismo comercial -al mercantilismo- de la vida escénica profesional, que diera al llamado 'teatro amateur' la posibilidad de superar sus precarias condiciones de existencia y de llegar a ser, además de un vehículo de cultura, un instrumento capaz de intervenir en los procesos de transformación de la vida social". Ha sido corresponsal de la revista Primer Acto en Valencia, director del Festival Iberoamericano de Cádiz en 1993 y profesor del Instituto de Teatro de Barcelona.
Tras dirigir durante unos años en la capital catalana la sala Beckett, fundada por él en 1989, y que ofrecía, entre otros aspectos, la peculiaridad de presentar obras en castellano y en catalán y mantener un taller de dramaturgia, Sanchis decidió instalarse en Madrid por sus problemas de supervivencia en el medio catalanista promovido por la política cultural de la Generalitat. Colaboró en un taller de dramaturgia con autores jóvenes en Madrid, e impartió clases en la Escuela de Letras. En 1990 le fue otorgado el Premio Nacional de Teatro, y en 1991 el Premio Lorca. En 1999 estrenó El lector por horas, en el Centro Dramático Nacional, interpretado por su hija, la actriz Clara Sanchís, y el actor Juan Diego. El Teatro Arlequín de Madrid estrenó en 2001 su obra La raya del pelo de Willian Holden.

En 2002 estrenó Terror y miseria en el primer franquismo, obra muy influenciada por Bertolt Brecht que consta de nueve piezas de géneros muy variados (alta comedia, sainete, etc.) sobre distintos aspectos de la sociedad española entre 1939 y 1953. Por esta obra Sinisterra ganó en 2004 el Premio Nacional de Literatura Dramática. Fue nombrado director del teatro Metastasio en la Toscana (Italia) y fue uno de los principales promotores del Foro Cultural Mundial. En 2005 estrenó Flechas del ángel del olvido, una crítica a las "generaciones sin memoria, fáciles de manipular", en el Teatro de la Abadía de Madrid, montaje que dirigió el propio Sinisterra. Ese mismo año se estrenaron también en la capital española Claroscuros y el musical Misiles melódicos.

Fuente: Texto extraído de www.mcnbiografias.com